ODS 8: Crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible
Prioridades
El ODS 8 alienta la promoción de políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de empleo digno, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y el aliento a la oficialización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas.
En este sentido, la Cooperación Española avanzó en 2020 en la ejecución del proyecto “EMPREAMAR-Contribuir al emprendimiento y autoempleo para jóvenes y mujeres en el sector de la economía azul” en Cabo Verde. Con soluciones innovadoras, basadas en el estímulo de emprendimientos sostenibles y rentables, el programa contribuyó al incremento de la calidad de vida de las personas dependientes de la Economía del Mar.
Dentro del mismo sector, inició el “Programa para el refuerzo de capacidades profesionales del sector marítimo pesquero en Mozambique”, en colaboración con el Grupo Nueva Pescanova, Pescamar, el Instituto Politécnico Marítimo-Pesquero del Atlántico (IPMPA) de Vigo y la Escola de Pesca de Matola en Mozambique, asociados mediante una alianza público-privada para el desarrollo (APPD).
En Níger, puso en marcha la intervención “Empleo de jóvenes y mujeres en un contexto agro-pastoral en la región de Tahoua”, para mejorar el bienestar de los habitantes del medio rural y aumentar las oportunidades económicas de mujeres y jóvenes, la igualdad de género y el desarrollo sostenible.
La creación de empleo en los ámbitos locales es una herramienta imprescindible para reducir la migración desde África. De ahí la implicación de la Agencia para fomentar la empleabilidad en zonas rurales de Senegal, mediante explotaciones agrícolas en las regiones de alto potencial migratorio (Kolda, Sédhiou y Kédougou), con un programa financiado por la UE.
La creación de empleo en los ámbitos locales es una herramienta imprescindible para reducir la migración desde África
En Asia y Mundo Árabe, centró su esfuerzo en la obtención de un crecimiento inclusivo y sostenible a través de la creación de puestos laborales, especialmente de mujeres y jóvenes, y el impulso del tejido empresarial local.
En Mauritania, trabajó en la ampliación del acceso al pescado congelado y el fomento de la cadena de valor de pieles y cueros y enfocó el programa PROMOPÊCHE a la resiliencia y la generación de oportunidades. Además, en Palestina, apuntaló su desarrollo a través del respaldo a los mercados agrícolas de Gaza y el incremento del turismo en Belén, con la rehabilitación de la calle Beit Sahour.
En América, la Cooperación Española puso en marcha un proyecto de reinserción económica de ex guerrilleros FARC en Colombia; mientras que, en Ecuador, dio continuidad a la formación en construcción sostenible con bambú, dirigida a poblaciones vulnerables.
También llevó a cabo numerosas acciones para hacer frente al impacto de la COVID-19 en la economía de la región con iniciativas de recuperación de medios de vida. En Honduras y República Dominicana colaboró en la implementación de acciones para preservar la seguridad alimentaria y la generación de ingresos que mantuvieran su bienestar.
En Nicaragua, la AECID participó en el desarrollo de una ganadería bovina más productiva, con mayor respeto al medio ambiente y puso en marcha varias acciones encaminadas a la reactivación económica y dirigidas a las mujeres y su presencia en la economía informal. Y por último, en Costa Rica, realizó acciones de asesoría especializada por modelos de negocio y un espacio virtual de comercialización y divulgación.